TYWIN
Salió
de la posada con gesto tranquilo, terminando de comerse una manzana mientras
contemplaba la Fortaleza Roja, la cual se observaba perfectamente desde el
lugar en el que se encontraba.
«Construida sobre la colina de Aegon, la más
alta de todo Desembarco», pensaba con cierta fascinación. Tiró los restos
de la manzana y se secó el sudor de la frente. Aquel calor era más húmedo e
insoportable que el de las Tierras de Occidente. «Debe ser por la cantidad de personas que viven aquí».