TYWIN
Por
más que lo quisiera disimular y por más que lo negara, estaba tiritando de
frío. Aún con aquel calor húmedo e insoportable, él estaba congelado por
dentro.
–
No vas a convencerme de lo contrario, no estoy ciego ni soy un estúpido como tú
crees.
–
¿Por qué tanto empeño en asegurar que estoy enfermo?
–
Digamos que tienes una temperatura más alta de lo normal y, a pesar de ello,
pareciera que te encontraras en Invernalia con tanto tembleque.