JOANNA
Los
días habían pasado demasiado rápido, y antes de que se dieran cuenta ya había
llegado el día más importante de sus vidas.
–
Ojalá nunca hubiera llegado este momento –murmuró Rhaella mientras sus
doncellas la ayudaban a vestirse–. Preferiría haber muerto.
–
No digáis eso, Alteza –respondió Joanna al instante, algo alarmada–. Es vuestro
hermano el que os desposará.
–
No veo nada de bueno en eso.
–
El príncipe Aerys es un chico apuesto y siempre os trata con caballerosidad.
Nunca os hará daño.
–
Poco importa eso… daría lo mismo si se tratara de un viejo poco agraciado y
maltratador. Solo deseo desposarme con un hombre y ya me lo prohibieron en su
día. No puedo ser feliz en un momento así, Joanna. No, no soy feliz.
–
¿Irá Ser Bonifer a la ceremonia? –Preguntó.
–
Espero que no, no podría soportarlo si él está allí… no quiero que vea cómo me
caso con otro hombre.
Rhaella
no volvió a hablar hasta que terminaron de vestirla y prepararla para la boda.
Se la notaba melancólica, y a veces parecía tener la mirada perdida, como si
estuviera en otra parte. Al mirarse en el espejo suspiró y finalmente murmuró:
–
Es bonito.
–
Así es, Alteza.
–
Está bellísima –dijeron dos de sus doncellas. Rhaella solo asintió antes de
volver a hablar.
–
Podéis retiraros. Mi señor padre no tardará en llegar.
Todas
las doncellas hicieron la reverencia de rigor y fueron abandonando la habitación
una a una. Joanna se disponía a hacer lo mismo cuando notó como la princesa se
acercaba a ella, agarrándola suavemente del brazo. La Lannister se giró hacia
ella y observó de nuevo aquel rostro angelical.
–
¿Ocurre algo, Alteza? –Preguntó.
–
No… pero quédate conmigo. Si me quedo sola será peor.
Joanna
asintió, mostrando una leve y dulce sonrisa.
–
Además no quería seguir hablando mientras las demás doncellas permanecían
aquí –añadió.
–
Comprendo –dijo Joanna mientras cerraba la puerta.
–
¿Crees que seré feliz? –Preguntó de repente–. ¿Crees que algún día podré querer
a mi hermano?
–
Eso nadie lo sabe, Alteza. Puede que en un futuro ocurra.
–
No sé –Rhaella agachó la cabeza–. Dudo que algún día pueda olvidar a Ser
Bonifer. Y tampoco creo que Aerys me ame.
–
¿Por qué pensáis eso? Es vuestro hermano y os quiere.
–
No es lo mismo. Él puede que me aprecie por ser su hermana, pero es evidente
que no me ama como se ama a una esposa.
Joanna
bajó la mirada, sintiéndose culpable en ese momento.
–
No habrá vuelto a molestarte, ¿verdad? –Preguntó la princesa al ver la reacción
de su amiga.
–
No, no, claro que no –respondió apresuradamente.
–
No mientas.
–
No lo hago… apenas ha hablado conmigo desde que se anunció vuestro compromiso.
–
Ya veo… aún así es evidente que es a ti a quien ama –Joanna se sonrojó sin
poder evitarlo.
–
Eso parece –dijo en un susurro.
–
¿Y tú? ¿Le amas a él? –Preguntó directamente, algo que sorprendió a la joven
Lannister.
–
No, Alteza. Yo… yo no amo a vuestro hermano. Es otro hombre el que ocupa mis
pensamientos.
–
¡Vaya! –Exclamó Rhaella, sorprendida pero feliz al comprobar que su amiga
confiaba en ella–. ¿Y él te corresponde?
–
No lo creo –respondió Joanna, dejando escapar una leve carcajada–. Es alguien
importante, no creo que esté interesado en alguien como yo.
–
Veo que sigues pecando de modestia –declaró Rhaella–. Has conseguido enamorar a
un príncipe. ¿Acaso hay un rango mayor que ese? Porque no creo que se trate de
mi padre o de mi abuelo.
–
No, claro que no –respondió Joanna, riendo por la ocurrencia de la princesa–.
Aunque dudo mucho…
–
¿Puedo saber de quién se trata?
La
joven dudó durante unos segundos y, cuando finalmente iba a confesárselo,
llamaron a la puerta del dormitorio.
–
Rhaella –dijo Jaehaerys nada más entrar–. Vamos, es la hora.
A
la princesa se le borró la sonrisa de repente, aunque fue capaz de mantener una
compostura serena.
–
Claro, padre –dijo la muchacha, acercándose a su progenitor.
Joanna
solo pudo dedicarle una última mirada antes de que Rhaella saliera de aquella
sala, agarrada del brazo de su padre.
Al
verla salir suspiró fuertemente, sin dejar de pensar en cómo sería todo
después de esa boda… en cómo le afectaría a su amiga. Deseaba poder estar con
ella en ese momento para transmitirle fuerza, pero no podía asistir a la ceremonia
ya que solo era su doncella de cámara.
En
cambio, Tywin y su padre sí se encontrarían allí.
Suspiró
de nuevo al recordar a sus familiares y, viendo que en aquel lugar no podría
hacer mucho más, salió de la habitación y se encaminó hacia sus aposentos. Al
llegar cerró la puerta y echó un vistazo a su alrededor. Aquella habitación era
pequeña, mas también era muy acogedora. Lo suficientemente grande para ella
sola. Extrañaba la compañía de Loreza en ocasiones como ésa. «¿Qué opinaría ella si supiera lo que me
ocurre? ¿Me tacharía de loca o por el contrario me apoyaría para que siguiera
adelante?».
Se
dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no le mandaba una carta contándole
todo lo que había pasado en aquellos últimos días, y ella tampoco sabía mucho
de su vida por Dorne, aunque supo por mediación de Rhaella que no podría
asistir a la boda real. «Bueno, quizás
éste sea un buen momento para escribir. Así mantendré mi mente ocupada».
Rápidamente
buscó todo lo que necesitaba y se dispuso a escribir. Explicó todo lo que había
sucedido: desde que se hizo público el compromiso entre los príncipes Targaryen, hasta el reencuentro con su hermano y sus primos.
Cuando
terminó de escribir se dio cuenta de que, en parte, se sentía agradecida por
esa boda. Desde el momento en el que Aerys supo que iba a casarse con su
hermana apenas se había acercado a Joanna, y, por supuesto, no había intentado
conquistarla. Aún así siempre se mostraba enfadado y se irritaba con mayor
facilidad, sobre todo cuando la Lannister estaba cerca. Parecía molesto de no
poder tenerla a ella como esposa... Como su mujer. «Aún me quiere… aunque se está esforzando en olvidarme para dedicarse
por completo a la que a partir de hoy será su esposa… eso le honra. Y a mí me
tranquiliza».
Era
evidente que sentía pena por el destino de Rhaella, pero a la vez se sentía
aliviada porque Aerys no volvería a presionarla. «Soy una egoísta al pensar así». Mas Joanna no podía evitarlo. Ella
no quería a Aerys como él la quería a ella. Puede que en cierto momento se
sintiera atraída por esa belleza sobrehumana de los Targaryen, sin embargo hacía
ya mucho tiempo que no veía a Aerys de esa manera. Su mente ahora solo pensaba
en aquel chico alto y fornido de cabellos dorados, aunque lo que más le gustaba
de él era aquella sonrisa que tanto le costaba mostrar. La propia Joanna sonrió
al recordarlo: «¿Cómo conseguiste conquistarme de esta forma?». Se sentía como una joven tonta y enamorada que no podía
dejar de pensar en su amado. Y, aunque le costaba admitirlo, le gustaba aquella
sensación.
Fue
entonces cuando las campanas del septo de Baelor empezaron a sonar y la ciudad
se impregnó de aquel sonido. Ya había ocurrido. Los hermanos Aerys y Rhaella
eran ahora matrimonio.
Los
herederos al Trono de Hierro.
¡Capitulazooooooo! Me ha encantado. Qué pena me da la pobre Rhaella :(
ResponderEliminarY bueno bueno...Joanna suspirando por Tywin jejejejejejjej
Jijiji, Joanna confesándose *guiño, guiño*
Eliminarafjaldfjañsfkjlsfs ¡Quiero reencuentro, YA!
ResponderEliminarOs noto ansiosa, mi Lady, jajajaja.
EliminarNo se puede escribir mejor!!!!!!! No se puede transmitir mejor la pena honda de Rhaella y de la que en verdad es más su amiga que otra cosa, y se nota esa amistad sin que lo digas ¡Se me ha puesto el corazón en la garganta!
ResponderEliminarY ahora luego: AGSFÑKSHNASNAFGH... CLCSBUODSBOUSCINAGÑAÑAAA... PUYSDHDFSB ¡Estallan los ovarios de una! AAAAAAAAAAAAAAAAAY ¡¡¡¡¡¡Qué me da un perreque!!!!!! Ya se ha reconocido a si misma que le gusta. ay ay ay ay ¡EMOCIONANTE!... Mejor cada frase.
Y ese final. El puntazo de las campanas del Septo que lo resume todo. AMO TU FIC. Te adoro a ti.
Voy a por el siguiente.
Cristina :DDDD
¡Eres un sol por decirme tantas cosas y todas tan buenas! De verdad que me animan muchísimo tus comentarios y ver que este fic te está gustando tanto. ¡Y que te metes tanto en la piel de los personajes! Es genial ver que con unas palabras te hago transmitir tantas emociones ^^
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