TYWIN
–
Kevan, eres muy malo –dijo Gerion mientras reía.
–
¡Calla! Si sigues hablando me distraes –reclamó Kevan, quién parecía algo
nervioso.
Tywin
arrugó el entrecejo al escucharles. Había sido un viaje largo, mucho más largo
que la otra vez. En el torneo anterior solo iban Kevan y él con sus primos, por
lo que el equipaje era escaso. Pero ahora iban todos sus hermanos, y también su
padre. Tardaron dos días más en llegar a Desembarco del Rey…
La
posada en la que se alojaban era mucho mejor que la anterior, y su padre
decidió no escatimar en gastos, por lo que solicitó una habitación para cada
uno de ellos. Esto no gustó mucho a su hijo mayor pero prefirió no argumentar
nada. Al fin y al cabo, no estarían mucho tiempo en esa ciudad.
Cuando
Tywin subió a su habitación apenas reparó en las comodidades que ésta ofrecía.
Dejó su equipaje y se sentó en un sillón que se encontraba cerca de la ventana.
Casi no se dio cuenta de que se había quedado dormido ahí mismo… hasta que sus
hermanos le despertaron.
–
Jajaja, ¡has vuelto a perder! –Dijo Gerion, entusiasmado y sin parar de reír.
–
Chsss, ¡calla! –Murmuró Kevan con autoridad–. No hagas ruido o despertarás a
Tywin.
–
Ya estoy despierto –dijo Tywin sin abrir los ojos y sin moverse, algo que
asustó a sus hermanos.
–
Lo-lo siento –empezó a hablar Kevan–, vimos el tablero y no pudimos
resistirnos.
–
Da igual –comentó Tywin con seriedad, intentando volver a acomodarse en ese
sillón.
Kevan
y Tygett estaban jugando al sitrang mientras Gerion les observaba. Solo había un tablero en la posada y dio la
casualidad de que se encontraba en la habitación de Tywin. De hecho era muy
raro ver un tablero de sitrang por Poniente ya que solo estaba extendido por
tierras dornienses, así que era lógico que sus hermanos estuvieran tan
emocionados con ese artilugio.
–
¿Seguro que quieres seguir jugando? –Le preguntó Tygett a Kevan–. Has perdido
todas las partidas.
–
¡Pues claro que quiero! –Bramó el aludido.
Tywin
cerró fuertemente los ojos, intentando no escuchar las voces de sus hermanos.
Quería recordar lo que había soñado, pero en su mente solo había imágenes
difusas y apenas podía rememorar nada. Lo único que recordaba era la silueta de
una niña de cabellos dorados, vestida con un traje rojo y un colgante con forma
de león. «Es una Lannister, sí… ¿pero
quién?». Quería saber quién era esa niña, pero por más que lo
intentaba, no lograba ver su rostro.
Las
risas de Gerion volvieron a distraerle, provocando que su cabeza borrara la
silueta de aquella muchacha.
–
Kevan, deberías rendirte –indicó Tygett con un atisbo de soberbia.
–
De eso nada, empezamos otra vez.
–
¿Es que tengo que jugar por ti, Kevan? –Dijo Tywin aún con los ojos cerrados.
–
¡No! Lo haré yo –indicó con decisión mientras colocaba las piezas, pero la
partida no duró mucho más que la anterior–. Me rindo –musitó finalmente,
abatido.
Tygett
y Gerion rieron al unísono y a Kevan no le quedó más remedio que sonreír.
Tywin, viendo que ya iba a ser imposible conciliar de nuevo el sueño, se
levantó y se acercó a ellos, observando la colocación de las piezas del juego.
–
¿Quieres jugar? –Le preguntó Kevan.
–
¡Sí! ¡Sí! –Gritaba Gerion–. Juega tú, Tywin. Seguro que ganas a Tygett –rió.
–
De eso nada –comentó Tygett–. Soy el mejor del sitrang.
–
¿Eso crees? –Preguntó Tywin.
–
Por supuesto –insistió el chico, convencido.
–
Bien, vamos a comprobarlo.
Kevan
le cedió el asiento a su hermano mayor y entonces comenzaron a jugar. Una hora
después Tygett ya había perdido tres partidas contra Tywin.
–
¡Es injusto! Tú eres mayor y sabes más –recriminó Tygett, intentando buscar
alguna escusa que justificara sus derrotas.
–
Bueno, Kevan también es mayor que tú y aún así le ganaste –dijo Tywin–.
¿Quieres jugar otra o te rindes ya?
–
No, quiero la revancha.
Tywin
sonrió levemente de lado mientras volvía colocar las piezas. Kevan
y Gerion les observaban embobados, intentando grabar en sus retinas las jugadas
de sus hermanos para aprender algo más de sus habilidades.
–
¿Quién crees que ganará? –Le preguntó Gerion a Kevan en un susurro.
–
Tywin, seguro –respondió.
–
Gracias por vuestra confianza –dijo Tygett.
Estaban
inmersos en la partida cuando alguien llamó a la puerta de la habitación: –
¿Queda hueco para un Lannister más? –Preguntó una voz conocida.
–
Qué remedio –dijo Tywin mientras movía una de las piezas.
Stafford
abrió la puerta y saludó a los hermanos Lannister con entusiasmo y, aunque
Tywin no había separado la vista de aquel tablero, sabía que su primo no venía
solo.
–
Vaya, ¿qué es eso? –Preguntó Stafford.
–
Es un tablero de sitrang, ¿no lo habías visto nunca? –Preguntó Kevan.
–
No, solo sé que es un juego que proviene de Volantis.
–
Sí, y es muy difícil –dijo renegado.
–
No es tan difícil… solo tienes que estar muy concentrado –dijo aquella chica en
el mismo momento en el que Tygett volvió a perder.
–
¡Mierda! –Clamó el muchacho.
–
Si no te parece difícil, ¿por qué no lo demuestras? –Preguntó Tywin, alzando la
vista hacia aquella muchacha–. Mi hermano ya está cansado de perder.
Tygett
entrecerró los ojos enfadado aunque finalmente se levantó, admitiendo de nuevo
la superioridad de su hermano mayor.
Joanna,
en vez de acobardarse, miró a Tywin con suficiencia: – ¿De verdad queréis que
juegue con vos?
–
Por supuesto –contestó él al momento.
Ella
sonrió de lado y se acomodó en el asiento que Tygett había dejado libre. Nada
más comenzar, Tywin supo que Joanna ya había jugado alguna vez al sitrang.
–
Vaya, parece que realmente lo conoces –dijo.
–
Por supuesto, la princesa Loreza me enseñó… y gané muchas veces.
–
Oh, ¿intentas intimidarme?
–
Para nada, mi señor.
Llevaban
ya varios minutos con aquella partida y la mente de Tywin empezaba a vivir algo
parecido a una batalla campal. «Realmente
es buena, sabe perfectamente qué pieza es la mejor para cada estrategia y
apenas pierde la concentración… sería una gran estratega en las batallas».
El joven sonrió para sus adentros, mirando de vez en cuando el rostro de la
chica que se encontraba sentada frente a él. Apenas había pasado un año desde
la última vez que se vieron, pero la notaba más guapa, más adulta, más mujer…
lo percibía aunque el vestido que llevaba era demasiado holgado como para poder
imaginar su cuerpo. «Maldita sea, deja de
pensar en ella y concéntrate», se decía a sí mismo.
Pero
de nada le sirvió. Tywin se levantó de la silla, mirando el tablero con
incredulidad, mientras que sus hermanos se quedaron boquiabiertos al ver el
resultado final.
Joanna
había ganado.
–
¿Ves? –Dijo ella cruzándose de brazos y sonriendo–. No es tan difícil.
Tywin
la miró en ese momento a los ojos y entonces comprendió lo que le pasaba.
Comprendió por qué durante ese último año había pensado en ella más de lo
normal. Le gustaba, sí, eso lo tenía claro. Se sentía demasiado atraído por
ella. Pero siempre hubo algo más que no había sabido descifrar hasta ese
momento. «Es la única que me planta cara,
la única mujer aparte de mi hermana que no me aparta la vista, y aún así me
sigue sonriendo con ternura, mostrando únicamente cariño y humildad. Dioses, no puedo creerlo… me estoy enamorando de ella».
–
¿Ocurre algo? –Preguntó Joanna, algo preocupada al ver que Tywin no reaccionaba.
–
No, nada –dijo él, mostrando una leve sonrisa. «Lo único que ocurre es que algún día serás mi esposa… sí... No pararé
hasta casarme contigo».
*sufre una angina de útero* añfjañsdfjañlsjfdskjfas Que me da, bueno, que me ha dado, ME HA DADO. Estoy fangirleando demasiado y ya la frasaza final y la foto me han dejado KO. ¡Esto tiene que seguir, por los Siete! ñadjfañsljfslas Está la cosa que llega...
ResponderEliminarEsta la cosa que poco más u no vivís para contarlo e.e
EliminarEspero que anoche pudiera dormir, porque después de tal fangirleo extremo sé que es difícil conciliar el sueño, jajaja.
Me costó, me costó... Menudo subidón è.é
Eliminar¿Soñaste con jovenzuelos rubios? e.e
Eliminar¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! ¡He muerto! piiiiiiiiiii ay por favor! me lo como!!!! Y encima pones fotaza me a me daaa xDD (que incoherente me está saliendo esto xDD)
ResponderEliminar¡Me ha encantado! *baile egipcio*
La foto ha sido la puntilla. Qué cara de añdjfañslsf y de añdfaisdfñasjfsfjdhdfslkdjfds, no es por nada è.é
EliminarQue ganas de tocas sus rizos...y akjdhakhd xD
EliminarJajajajaja, me encanta, iré preparándome para cuando suba más fotos ;)
EliminarNoooooo, se acabaron los capitulos!!!
ResponderEliminarMuerooooo!
Tranquila, poco a poco seguiré publicando ^^
EliminarMuchas gracias por leerlo y por comentar :)
Me ha encatado, no he podido despegarme hasta leer el ultimo <3
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar y leerlo :D
EliminarMe alegro que te haya gustado tanto, espero que siga siendo así ^^
Ay ay ay ay que me da un perreque. ¡El León ha caído! ¡Está enamorado! Me ha maravillado el capítulo, cómo los has reencontrado. Lo lista que es ella. AGSFDMNGHAFSDAÑGG.
ResponderEliminarY que jugaran al sitrang. No es sólo que la historia sea la caña y esté muy bien escrita, es la documentación, la recreación de elementos de la saga... TODO.
Soy #SúperFan de ti y de esta historia. Felizzzzz de tu éxito tan merecido.
Muak.
Cristina <3 <3 :D
PD: I need more...
ResponderEliminarClaro que es lista, así lo tiene de enamorado al león, jajaja. Me alegra mucho que te maravillara el capítulo, estaba deseando ver tu opinión ^^
EliminarY muchas gracias por tus palabras. Como le dije a Athena en otro capítulo, aún me sigo documentando de vez en cuando para que la historia sea lo más fiel posible. Como si en verdad fuera una precuela. Espero que eso siga funcionando en el futuro de este fic.
Muchísimas gracias por comentar, como siempre :3 MUAK
Me he enganchado totalmente! Por favor publica el siguiente capitulo pronto! :)
ResponderEliminar¡Me alegra que te guste! He tardado un poquito más de lo normal pero ya he subido el siguiente capítulo. Espero que lo disfrutes ;)
Eliminar¡Y muchas gracias por comentar!
Necesito más desesperadamente!!!!!!!!!!!!!!!
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