TYWIN
Año 253 AL
Notaba
como el sudor descendía por su cuello, empapando aquel cabello rubio que caía
sobre su nuca. Aún así no se encontraba cansado, podría seguir practicando durante
toda la mañana, pero percibía como a su hermano empezaba a faltarle el aire.
–
Es suficiente por hoy –dijo con seriedad, dispuesto a quitarse los protectores que
llevaba sobre el torso y la espalda.
–
¡No! –Gritó Kevan, mirándole con un atisbo de súplica en los ojos–. Aún puedo
luchar, quiero seguir peleando.
–
Estás cansado, ¿crees que no lo noto? Cuanto más te esfuerces más agotado
estarás y más errores cometerás.
–
Es cierto… pero si sigo luchando, mañana podré aguantar más.
Tywin
enarcó una ceja, levemente impresionado por la tenacidad de su hermano menor.
–
Está bien –respondió finalmente–, pero no creas que voy a ser compasivo
contigo.
–
Me parece bien –contestó el muchacho sin poder evitar que una sonrisa
apareciera en su rostro. A pesar del cansancio, Tywin le notaba ilusionado, ya
que cada vez ofrecía una mayor resistencia.
–
Lo que deberíais hacer es usar espadas de verdad y no esos “palitos” de madera –gruñó
Tygett, el cual estaba observando el combate–. Así sería mucho más divertido.
–
¿Acaso quieres que le haga daño a tu hermano? –Cuestionó Tywin con el ceño fruncido.
–
Podéis usar las armaduras, así no pasará nada y esto será más emocionante.
Pero
Tywin no estaba convencido, por lo que negó con la cabeza.
–
El chico tiene razón –comentó Kevan, entusiasmado con la idea.
–
No –volvió a negar.
–
Hermano, por favor…
–
He dicho que no –replicó Tywin antes de que su hermano pudiera seguir
implorando.
Sin
siquiera darle tiempo a reaccionar, el mayor de los Lannister se lanzó hacia
Kevan con aquella espada de madera, dispuesto a demostrarle el porqué de su
negativa. Peleó con ganas, pero consciente de que no podía sobrepasarse. Su
hermano era dos años menor, y sabía que le superaba en todos los aspectos. Lo
que menos quería era dañarle.
Finalmente
Kevan cayó al suelo, abatido y respirando con dificultad. Gerion soltó una
carcajada al verle caer. Para él aquello era solo un juego, no un entrenamiento
que podría definir el momento de su muerte en un futuro. Aún así, Tywin no le
reprochó nada, y Kevan tampoco. Era un niño que alegraba a todos con su risa, y
a veces eso era lo que más se necesitaba en Roca Casterly: un poco de alegría.
Tywin
se limpió el sudor de la frente con el brazo y dejó la espada a un lado para
ayudar a Kevan.
–
¿Estás bien, hermano? –Preguntó mientras le tendía la mano.
–
Sí –murmuró éste mientras se ayudaba de Tywin para ponerse en pie–. Estoy bien,
aunque no me has dado ningún respiro. Apenas he podido defenderme.
–
¿No era eso lo que querías? –Kevan sonrió ante la pregunta de su hermano.
–
Sí, es cierto. Mañana lo haré mejor.
–
O quizás caerás antes –añadió Tygett.
–
¿Quieres probar tú? –Le cuestionó Tywin con enfado, apuntando con la espada de
madera hacia el rostro de su hermano.
Éste negó con la cabeza, aunque también parecía ofendido–. Bien –replicó
Tywin con sequedad, alejándose un poco para quitarse los protectores. No
soportaba que alguien se burlara de su familia, mucho menos si se trataba de su
propio hermano.
–
No se lo tengas en cuenta –dijo Kevan una vez estuvo a su lado, con un tono de
voz lo suficientemente bajo para que solo pudiera oírlo él.
–
No entiendo esa actitud, sabes que me enfurece.
–
Solo está molesto porque nunca podrá superarte.
–
Tonterías.
– Ay, hermano… –Kevan sonrió mientras posaba una mano en el hombro de Tywin–, parece
que no eres consciente de lo que originas en nosotros con tu superioridad.
–
¿Superioridad?
–
¿Qué sino? No solo eres el primogénito, también eres el más fuerte, probablemente
el más listo, y defiendes el honor de nuestra familia mejor que nuestro propio
padre –Tywin bufó al oír aquello.
–
Nuestro señor padre nunca ha defendido el honor de los Lannister. Incluso
Gerion que solo tiene tres años lo haría mejor que él. No hay nada especial en
ello.
–
Lo sé, pero necesitabas saberlo.
–
¿Y qué sugieres que haga?
–
Nada, solo quería que comprendieras los sentimientos de Tygett.
Tywin
ladeó la cabeza para mirarle. Su hermano menor estaba colocando las espadas y
los protectores en el lugar correspondiente con la ayuda de Gerion. El pequeño
seguía con aquella sonrisa en su rostro, una sonrisa que incluso contagiaba a
Tygett, provocando que su semblante se relajara.
–
Puede que tengas razón –reconoció Tywin, mirando de nuevo a Kevan–. Pero no
debería reaccionar así. Tú no eres así, nunca lo has sido.
–
Yo supe desde un primer momento cuál era mi posición en esta familia. Tygett no
parece llevar muy bien su situación y Gerion aún no es consciente de tu poder.
Sólo déjalo estar, hermano. Quizás algún día recapacite y acepte su lugar como
yo.
Asintió
y suspiró ante las palabras de Kevan. Quiso decirle algo pero lo olvidó en
cuanto vio a varios soldados corriendo hacia la misma dirección. «¿Qué ocurre ahora?»
Tanto
él como sus tres hermanos menores caminaron hacia allí. Varios de los soldados
gritaban órdenes para que les dejaran paso y pudieran llegar a la fortaleza.
Tywin apenas podía escuchar algunas palabras entre tanto barullo: herido,
leona, sangre, perros de caza, pierna… No sabía muy bien qué sentido tenían
aquellas palabras.
–
Vaya, los cuatro hijos varones de Lord Tytos reunidos, qué bonita estampa
familiar.
Tywin
no se percató de la presencia de aquel caballero hasta que escuchó su voz. Al
girarse pudo comprobar cuál era el blasón que llevaba tallado en su jubón: tres
barcos plateados sobre un campo azur con las borduras de gules y oro. «Un Farman», reconoció nada más verlo.
–
¿Sabéis lo que ha ocurrido, Ser?
–
Sí, parece que vuestro padre es atacado por los de su propia especie.
El
chico enarcó las cejas, confuso.: – ¿A qué os referís exactamente?
–
Lord Tytos decidió ir de caza esta mañana –comenzó a explicar el caballero–, y
durante su excursión se encontró con una leona. Parece ser que se acobardó nada
más verla, y lo cierto es que no me extraña –comentó a la vez que empezaba a
reír.
–
¿Y después? –Volvió a preguntar Tywin, ignorando las risas de aquel caballero.
–
Evidentemente, la leona quiso atacar a vuestro señor padre. Por suerte, el mozo
que tenéis como encargado de los perros de caza no es tan cobarde como él y ha
podido salvarlo. Claro que ni él ni sus perros han corrido la misma suerte que Lord Tytos.
–
¿Han muerto?
–
Los perros sí, los tres. El mozo ha recibido una importante herida en su pierna
y está perdiendo mucha sangre. Ya se sabe lo peligroso que pueden ser los colmillos
y las garras de un león –sonrió con ironía al decir aquello–. Cualquiera diría
que Lord Tytos solo es un cachorro, nunca ha tenido garras y esa leona lo sabía
–volvió a reír–. Un cachorro siendo salvado por tres perros de una leona. ¿No
os parece gracioso, mi joven señor?
El
caballero empezó a caminar, alejándose de ellos sin poder parar de reírse.
Tywin le fulminaba con la mirada. Quizás siguiera siendo un niño para todos
ellos, pero no siempre sería así. Algún día sería el señor de Roca Casterly, y
nadie se atrevería a reírse de él.
«Farman», pensó antes de dirigirse hacia
la fortaleza. Quería saber si aquella historia era cierta, quería comprobarlo
por sí mismo.
Bueno, bueno, gran presentación de un Tywin más mayorcito :) Y frunciendo el ceño, como debe ser. Ganas de más... Enhorabuena.
ResponderEliminarEn un principio no iba a fruncir el ceño tan pronto... pero no pude resistirme, jajaja.
EliminarMe alegra que te haya gustado, el comienzo siempre es algo más complicado que el resto de la historia ^^
Jajaja, que quede claro desde el principio que es un gran fruncidor. Tiene buena pinta ^^ Además, no conozco su historia demasiado, sólo algunas cosas, así que mejor todavía :)
EliminarVio como Aegon fruncía en el otro fic y dijo que él no era menos que nadie e_e
EliminarEstoy deseando que llegue cierto momento, a ver cómo reaccionáis ;)
Eso sí que es bueno, jajaja. Pues nada, muchas ganas de leer ese momentazo e.e
EliminarComo mola este Tywin #mygod ^^ Frunciendo ceño desde peque jejeje. Me ha gustado mucho el capi, como has mostrado la relación de Tywin con los hermanos y ya se nota como Kevan siempre ha sido un hombre muy amigable y que respeta mucho a su hermano.
ResponderEliminar¡Qué guay! ¡ El incidente con la leona! jejeje :p
¡¡Me está encantando el fanfic!!! ^^
Pd: Aegon trajo el fruncimiento de ceño a Poniente jaja
Tywin es un fruncidor nato #SeSabe jajaja.
EliminarEl incidente de la leona es un hecho curioso. Un Lannister atacado por una leona, muy irónico, sin duda.
Me alegra que te esté gustando el fanfic, eso siempre anima a seguir ^^
P.D.: Aegon nos hizo un favor a todas con ese fruncimiento e.e
Oyeeeeee, que el que le salva es el padre de "El perro" y "La montaña", me encanta como lo has introducido en la historia y el Farman ese se acaba de cagar el futuro jajaja.
ResponderEliminarEspero que me avises del próximo aunque no ande mucho por twitter, pero veré la mención. Me está gustando mucho. Gracias por esta historia :)
Cristina.
¡Síii! Bueno, más bien es el abuelo de Gregor y Sandor :P No sabía si introducirlo o no en el fic porque no hay fecha exacta de cuando sucede eso, pero me vino bastante bien para el comienzo. En el siguiente capítulo se aclararán más cosas de esta familia de perros, jaja.
EliminarSí, nuestro amigo Ser Farman creo que nunca olvidará esa broma ;)
Me alegra que te esté gustando :D Siempre que publique un nuevo capítulo te avisaré, eso tenlo por asegurado.
Un beso ^^
muy buena la historia, voy a seguir leyendo los demas capitulos, una pregunta en que te basaste para escibir lo sacaste de algun lugar o solo es tu imaginacion ?? muy buen blog
ResponderEliminarEl fic está basado en la saga de libros de Canción de Hielo y Fuego y es, por así decirlo, una precuela de la historia. Aunque me he centrado sobre todo en la historia de los Lannister.
EliminarEvidentemente en el libro se cuentan algunos hechos del pasado y yo intento mantenerlos todos con la máxima fidelidad posible. Lo que hago es unir esos hechos con mi imaginación y contar las cosas que nadie sabe del pasado tal y como yo me lo imagino.
Espero que te guste el fic y muchas gracias por tu comentario ^^