TYWIN
Parecía
como si toda la ciudad se hubiera congregado en el sept. Varias familias
estaban allí reunidas, esperando con ganas la llegada de la novia.
–
Se está retrasando mucho, ¿no crees? –Le susurró Kevan al oído.
–
Sí… –respondió Tywin también en voz baja–. Creo que lo hace a conciencia.
–
¿Para qué?
–
Para fastidiarle –dijo dirigiendo la mirada al frente, mirando al hombre que
iba a desposar a su hermana. «Si es que
se le puede llamar hombre».