TYWIN
Parecía
como si toda la ciudad se hubiera congregado en el sept. Varias familias
estaban allí reunidas, esperando con ganas la llegada de la novia.
–
Se está retrasando mucho, ¿no crees? –Le susurró Kevan al oído.
–
Sí… –respondió Tywin también en voz baja–. Creo que lo hace a conciencia.
–
¿Para qué?
–
Para fastidiarle –dijo dirigiendo la mirada al frente, mirando al hombre que
iba a desposar a su hermana. «Si es que
se le puede llamar hombre».
El
segundo hijo de Lord Walder Frey había ganado bastante estatura, pero no tenía
un cuerpo varonil a pesar de sus casi veinte años. Estaba demasiado delgado.
Parecía un adolescente recién entrado en la pubertad, con el rostro tan
demacrado como de costumbre. «Un
auténtico Frey, sin duda». Tywin pudo comprobar cómo le temblaba una de las
piernas, quizás demasiado nervioso por tener que esperar tanto tiempo, al igual
que los demás invitados.
Pero
solo fueron unos minutos más de espera. Las puertas del sept se abrieron de par
en par, dejando ver a una flamante Genna Lannister, quién iba agarrada del
brazo de su padre. «Al menos él ha
llegado a tiempo para llevar a su hija al altar», pensó el chico, el cuál
aún sospechaba mucho de las salidas de su progenitor.
Genna
caminaba con paso firme y la cabeza bien alta. En ningún momento bajó la mirada
y su rostro no denotaba signos de tristeza. «Demasiada mujer para tan poco hombre».
Casi
todo su vestido era dorado, por lo que los colores de la capa Lannister
resaltaban aún más. El silencio era tal en aquel momento que Tywin escuchaba
perfectamente cómo aquella tela roja tan preciada para él rozaba el suelo en
cada paso que daba su portadora. El chico recordó entonces las palabras de su
hermana: «Yo siempre llevaré esta capa,
hermano. No importa quién sea mi esposo, seguiré siendo una leona de Roca
Casterly».
Todo
sucedió demasiado deprisa. Antes de que Tywin se diera cuenta, su padre ya le
estaba quitando la capa Lannister a su hija. Sintió un arrebato de furia al ver
aquello, y por un momento pensó que debería alzarse ante todos para impedir ese
matrimonio. Pero, ¿qué podía hacer él? Aquella era la voluntad de Lord Tytos, el
Señor de Roca Casterly, y él debía obedecer siempre a su padre. Se mantuvo en
su lugar, observando cómo Emmon cubría a su hermana con la capa Frey.
Tras
decir las palabras rituales, el chico besó en los labios a la que ya era su
esposa, sellando así el matrimonio. Fue un simple roce de labios, ya que Genna
apenas se movió. Ella simplemente se dejó hacer. Se notaba a leguas que Emmon
Frey se sentía intimidado por la joven leona y, quizás por ello, éste no se
sobrepasó.
–
Ya está –musitó Kevan en un suspiro.
–
Sí… ya está hecho –respondió Tywin.
El
banquete que se celebró después fue digno de una boda, quizás en exceso. Tywin
sabía que su Casa empezaba a pasar por problemas económicos debido a las
prestaciones financieras de su padre, algo que empezaba a ser muy común en los
últimos años. Por ello no le gustaba que se malgastara el dinero en un festín de
tales dimensiones, aunque de nuevo volvió a guardar silencio. Era la boda de su
hermana… quizás no fuera una boda deseada, pero guardaría respeto por ella.
–
¿Entonces Genna vivirá ahora en Los Gemelos? –Preguntó Gerion.
–
Así debería ser –contestó Kevan.
–
Sí, mas dudo que Genna acceda a ir –añadió Tygett.
–
¿Por qué? –Volvió a preguntar Gerion–. Ahora es la señora de un Frey.
–
No creo que eso le importe mucho a nuestra hermana –dijo Tywin–. Se saldrá con
la suya, apuesto que no se moverá de Roca Casterly.
–
Seguro, es tozuda –corroboró Tygett.
Poco
después, la voz de Walder Frey interrumpió la conversación de los cuatro
hermanos. El Señor de Los Gemelos se había levantado y hablaba con la
suficiente fuerza para que todos los invitados le escucharan.
–
Creo que ya es hora de que llegue el momento que todos deseamos: el
encamamiento –un rumor se extendió por todo el salón–. ¿No creéis, mi Señor? –Preguntó
finalmente a Lord Tytos.
El
Señor de la Roca palideció por un momento, aunque asintió levemente con la
cabeza. Lo que ocurrió después sorprendió a todos los hermanos Lannister,
incluido Tywin.
Todos
los hombres que allí se encontraban rodearon a Genna con rapidez, la mayoría de
ellos borrachos lujuriosos que se morían de ganas por ver el cuerpo desnudo de
una mujer joven. El propio Lord Walder era uno de ellos. «Maldito viejo depravado, ¿no has tenido suficiente con tus tres
esposas?».
A
Emmon Frey le sucedió algo parecido con las mujeres, pero claro, éstas no
encontraban mucha diversión en un hombre esquelético con cara de comadreja.
–
Caballeros por favor, relájense. –«Es
Genna», pensó Tywin nada más oír esa voz–. Si ustedes lo desean, pueden
arrancarme el vestido. No me importa si lo rompen. Pero yo que ustedes tendría
mucho cuidado de tocar un solo ápice de mi piel. No querría que les pasara algo
malo.
Tywin
pudo ver la sonrisa que lanzaba Genna a todos los hombres que la rodeaban. «Es una fiera… Emmon Frey no va a desflorar a
su esposa. Probablemente, ocurra al contrario».
El
primogénito de los Lannister se puso en pie y salió de aquel lugar, con la
tranquilidad de saber que su hermana sabría defenderse bien por sí sola.
Al
salir al exterior, una ráfaga de aire marino golpeó su rostro, lo cual
agradeció. Se quedó quieto durante unos instantes, reorganizando sus propios
pensamientos hasta que alguien volvió a interrumpirle.
–
¿No te gustan los encamamientos, hermano? –Preguntó Kevan cuando llegó a su
lado.
–
No mucho –contestó secamente. Unos segundos después volvió a separar los labios–.
Kevan…
–
¿Sí?
–
Prepara tus cosas. Mañana nos vamos a Desembarco.
Tela con Genna.. Me encanta. Y lo de los encamamientos es un disparate, por los Siete.
ResponderEliminarNo me extrañaría que todas las bodas terminaran mal por los encamamientos. Vaya costumbres que tienen estos ponientis...
EliminarAmor incondicional hacia Genna (ya sabes xD). Me ha gustado mucho el capi y espero leer más. :)
ResponderEliminarMuchas gracias inquinosa ^^ Me alegro que te esté gustando como voy tratando a Genna en el fic :)
EliminarMe gusta mucho :) sigue así.
ResponderEliminarMuchísimas gracias :D Me hace mucha ilusión que me comentes por el blog ^^ Thanks!
Eliminarajjhkdhkhd Va a Desembarco!!!!!!!! ahhhhhhh! kjashdkajshd ¡¡Que ganas!!
ResponderEliminarEl capi ha estado genial ^^ Esperando el próximo con ansia ^^
Jajaja, parece que se va acercando el momento que tanto esperáis ^^
EliminarMe alegra que te haya gustado, y mil gracias, como siempre :)
Leonas fuertes, que costumbres más desagradables tienen en Poniente en las bodas, son un calvario en todo momento. Y ahora se van a Desembarco y va a ver a Joanna. Ganitas del próximo capítulo. Ainsssssss ;)))
ResponderEliminarCristina.
Así es, lo de los encamamientos es una locura... y menos mal que abolieron el derecho de pernada, porque eso sí que tenía que ser duro.
EliminarEspero que te gusten los próximos capítulos guapa. Gracias por leer y comentar ^^
Excelente cap :) y una pregunta de donde es la imagen me dejo intrigada.
ResponderEliminarMuchas gracias ^^
EliminarLa imagen es de la actriz Holliday Grainger en su papel de Lucrezia Borgia (serie The Borgias)
Y yo con "Las lluvias de Castamere" de fondo. Qué apropiado.
ResponderEliminarJajajaja, desde luego, has elegido una gran canción de fondo ;)
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