Fanfic que recrea la juventud y el ascenso de Tywin Lannister al poder. Está basado en la saga de libros "Canción de Hielo y Fuego" de George R.R. Martin, por tanto ni los personajes ni los lugares me pertenecen.

sábado, 18 de mayo de 2013

Capítulo 7


KEVAN

Los rayos dorados del sol iban escondiéndose poco a poco tras el Mar del Ocaso, anunciando que pronto acabaría un nuevo día.

Dejó a un lado el libro que estaba leyendo y encendió varias velas antes de que se quedaran completamente a oscuras. Tygett y Gerion estaban con él, repasando sus lecciones. Aunque Kevan empezaba a dudar sobre si en verdad le habrían dedicado algo de tiempo a sus estudios, pues solo les había visto jugar.

– Chicos, dejaros de travesuras.
– No queremos seguir leyendo esto, hermano. Es aburrido –protestó Gerion con pena.
– Pero es importante –dijo Kevan con amabilidad.
– Hay demasiadas Casas, y cada una tiene un blasón y un lema distinto. Siempre nos equivocamos –se quejó Tygett.
– Por eso tenéis que estudiar más.

Ambos hermanos resoplaron vencidos, incapaces de dar otro argumento para librarse de aquella tediosa tarea. Kevan sonrió con satisfacción y volvió a su lugar, dispuesto a seguir con su lectura. Aunque no pudo continuar ya que alguien le interrumpió al llamar a la puerta.

– Kevan, hijo –el Maestre entró en la habitación con paso lento pero seguro–. Ha llegado un cuervo de Desembarco del Rey, pero vuestro padre no se encuentra en la fortaleza. Y no localizo a vuestro hermano.
– ¿Padre no está aquí? –El hombre negó con la cabeza.

«¿A dónde irá ahora? Siempre sale por la noche.»

– Dejadme la carta a mí, yo buscaré a Tywin. Creo saber dónde está.
– De acuerdo –dijo, entregándole el pergamino que aún estaba sellado.
– ¿Podríais quedaros con mis hermanos? Sé que si les dejo solos dejarán sus deberes a un lado. –Tygett le miró enfadado y el Maestre no pudo evitar reír al verle así de molesto.
– Por supuesto, Kevan. Yo me encargaré de ellos.

Bajó hasta el puerto con la carta en la mano. Sentía una gran curiosidad por saber qué noticias llegarían desde Desembarco del Rey, mucho más después de todo lo que había sucedido el año anterior en la Guerra Nuevepeniques. Aún así, él no podía abrir esa carta, aquel no era su deber. Y en ausencia de su padre, el único que tenía aquel derecho era su hermano mayor.

«Seguro que está aquí», pensaba el muchacho, que cada vez estaba más cerca de la playa. Poco después le vio, sentado en una de las rocas, con los ojos fijos en la puesta de sol. Cualquiera pensaría que aquel lugar era el idóneo para relajarse y huir de los problemas. Pero Kevan pudo comprobar por la expresión de su hermano que él no estaba allí para evadirse.

– ¿Ocurre algo? –Le preguntó al verle a su lado.
– Ha llegado esta carta desde Desembarco –dijo tendiéndosela–, a lo mejor es importante.
– ¿Y por qué no se la habéis llevado a padre? –Dijo Tywin a la vez que cogía la carta.
– Porque padre no está aquí.

Tywin resopló, pero finalmente rompió el lacre y empezó a leer aquel pergamino. Kevan le miraba expectante, deseoso de saber qué ocurría.

– Vaya…
– ¿Qué? –Preguntó Kevan–. ¿Otra vez los Fuegoscuro?
– No, tranquilo. Ya no quedan Fuegoscuros, ni aquí ni en Essos.
– Pero aún hay revueltas, ¿no es así?
– Sí, pero no es nada importante. Parte del ejército del rey está allí, no hay peligro.
– ¿Entonces de qué se trata?
– ¿Esto? –Preguntó Tywin, levantando la carta–. Es solo un torneo.
– ¿Un torneo? ¿En Desembarco? –Kevan sonrió–. ¿Podremos ir esta vez?
– No sé. ¿Por qué te hace tanta ilusión? Ya has visto varios torneos aquí.
– Pero no en la capital, allí habrá más gente.
– Es posible –dijo Tywin, sin mostrar mucho entusiasmo–. Aunque no deberías hacerte ilusiones, hermano. Tenemos que asistir a una boda.
– La boda es mañana, podemos partir después.

Su hermano suspiró a la vez que enrollaba de nuevo la carta: –Lo pensaré, ¿de acuerdo? –Kevan asintió, algo más contento aunque no quería hacerse ilusiones.

– ¿Crees que… Ser Brynden y Ser Barristan participarán?
– Es posible. Tengo entendido que Ser Barristan ganó el anterior torneo.
– Sí, y derrotó a Maelys “el Monstruoso” en la guerra.
– Así es.

Tywin le devolvió la carta con gesto serio: –Toma, dásela a padre cuando vuelva.
– ¿Y si se ausenta toda la noche? –Preguntó el chico, cogiendo de nuevo el pergamino.
– Espero que no, mañana se casa su hija. Debe volver pronto… –giró la cara para mirar de nuevo al mar, con una expresión que Kevan no supo descifrar–. Siete Infiernos, últimamente sale demasiado y nadie sabe a dónde.
– ¿Te preocupan sus salidas?
– Sí –confesó entre dientes–. No sé a dónde demonios va. Temo que esté tramando algo que nos repercuta a todos. Y luego está ese maldito Tarbeck… –Tywin apretó los puños, callándose en ese instante.
– ¿Qué pasa con él? –Preguntó Kevan extrañado.

El primogénito de los Lannister se giró de nuevo para mirar a su hermano menor a los ojos, pensativo. Se mantuvo así unos segundos hasta que negó con la cabeza.

– Nada –dijo en un susurro–, no es nada. Vuelve a casa.
– Pero… –Kevan quiso protestar, pero la mirada de su hermano interrumpió sus quejas.
– Ve a casa, Kevan –repitió de nuevo.

El chico no tuvo más remedio que obedecer. Suspiró y empezó a caminar, alejándose de su hermano mientras leía aquella carta.

8 comentarios:

  1. uiuiui....¿donde irá el padre? ^^
    Torneo!!!!!!!!! en la capital!!!!!! Joanna, tu hombre is coming...jeje ^^

    Sentado en las rocas mirando el mar...muero ajsdkjhajkds

    Genial! A por el próximo ^^

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  2. Esas salidas... ¡Aaaaaains, queremos a Taigüin enamorado!

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  3. Ese padre que se va de picos pardos!!!!! Y ese Tywin que no encuentra nunca un motivo para sonreír. Jajajajaja, voy a por el próximo capítulo. Me encanta.

    Cristina.

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    1. Esa sonrisa aparecerá pocas veces, pero cuando aparezca será... memorable ;)

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