Fanfic que recrea la juventud y el ascenso de Tywin Lannister al poder. Está basado en la saga de libros "Canción de Hielo y Fuego" de George R.R. Martin, por tanto ni los personajes ni los lugares me pertenecen.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Capítulo 25

KEVAN

– Era demasiado pedir –murmuró Kevan con amargura.

Iba todo tan bien que incluso llegó a parecerle irreal. Durante aquellos días no había ocurrido algo especialmente bueno, pero el hecho de que todo se hubiera mantenido en calma, sin problemas ni sobresaltos, e incluso sin discusiones, le resultaba todavía difícil de creer. Por un momento Kevan creyó que se encontraba en otro lugar. Mas la realidad le trajo de vuelta a Roca Casterly.

– ¿Qué sucede? –Le preguntó Genna al verlo tan molesto, algo poco habitual en él.
– Sucede que no podemos estar ni un solo mes sin sufrir algún altercado.
– ¿Y te sorprende?

Kevan bufó mientras bajaba las escaleras con rapidez: – Tampoco creo que sea tan difícil de conseguir, ¿no?
– En esta familia sí lo es –le respondió Genna, que seguía a su hermano de cerca–, y más si siguen considerando a padre como un señor débil.
– Lo piensan… y supongo que tienen razón. Por eso ha ocurrido esto.
– Claro que llevan razón. Nuestro padre es demasiado misericordioso con sus vasallos. Saben que no es el Señor adecuado para gobernar en estas tierras. Esto podría haber acontecido en cualquier momento, Kevan. Lo sabes tan bien como yo.
– Sí, aunque esta vez padre se ha adelantado a los planes de esa gentuza.
– Sí, es cierto –masculló Genna, haciendo una mueca con la boca–. Por una vez ha actuado como debe.
– ¿Te sorprende?
– Sí –dijo muy convencida, provocando que Kevan soltara una leve carcajada–. No te rías, tú estás tan sorprendido como yo.
– Me gustaría albergar cierta confianza en él, al menos aún.
– Yo ya la he perdido por completo… sinceramente no creo que padre pueda aguantar mucho esta situación. Los Tarbeck no se quedarán quietos sin ofrecer algún tipo de respuesta.
– No… evidentemente, no –Kevan suspiró a la vez que tomaba una de las antorchas de la pared, pues el camino era cada vez más oscuro–. Fui un iluso.
– ¿A qué te refieres?
– Creí que seríamos capaces de mantenerlo todo en calma durante la ausencia de Tywin. Y resulta que los problemas son cada vez más graves.
– Es cierto… pero solo ha sido una casualidad.
– Una mala casualidad.

El chico paró a mitad de camino y miró a su hermana, causando que la chica se sorprendiera.

– ¿Qué pasa ahora? ¿Por qué te quedas ahí quieto?
– No deberías entrar ahí, no es sitio para una mujer.
– ¿Eso crees? –Preguntó, riendo a carcajadas inmediatamente después.
– Genna, esto no es una broma, es un asunto delicado.
– Como si no lo supiera ya –Genna le arrebató la antorcha y comenzó a caminar, guiando esta vez ella a su hermano.
– Tozuda –resopló Kevan con molestia–, siempre tiene que ser como tú quieras que sea.
– No voy a acobardarme sólo por un prisionero, hermanito. Además… parece que tenemos compañía.

Kevan alzó la vista y comprobó que, efectivamente, Genna llevaba razón. Otra antorcha iluminaba el final de aquel pasillo, justo donde se encontraba el prisionero, pero Kevan no pudo distinguir al portador de aquella antorcha hasta que avanzó unos pasos más.

– ¡Stafford! –Exclamó algo irritado, adelantando a su hermana con rapidez para plantarle cara a su primo–. Siete infiernos, ¡¿qué haces aquí?!
– Lo mismo que vosotros, imagino. Quería charlar con nuestro nuevo amigo.

Genna rió con cierta soberbia ante aquel comentario, algo que incrementó aún más la indignación de Kevan en ese instante.

– Tranquilo Kevan, tampoco es para que te pongas así –dijo Stafford, mostrando una leve y altiva sonrisa.
– No deberías estar aquí –le reprochó Kevan.
– ¿Y por qué tú sí?
– Soy el hijo de Tytos Lannister, vivo en esta fortaleza… ¿te parecen suficientes motivos?
– Pero no eres el heredero de Roca Casterly, no tienes por qué inmiscuirte en estos problemas.
– Tywin no está en la Roca, y en su ausencia soy yo el que se hace responsable de sus asuntos.
– Sí, ya veo que Tywin confía mucho en ti. Demasiado como para permitirse la libertad de ausentarse en un momento tan delicado como éste.
– Nuestro hermano no tardará en regresar. Te preocupas en exceso, primo –comentó Genna, sin borrar aquella seductora sonrisa de su rostro.

Stafford la miró algo irritado y Kevan estuvo a punto de increparla por su actitud, pero se mantuvo callado al comprobar cómo su primo comenzaba a respirar más calmado y guardaba silencio. Genna le lanzó entonces una cómplice mirada a su hermano, guiñándole un ojo. Éste asintió levemente, mostrándole así su agradecimiento y sus disculpas.

Los nervios le habían traicionado. Él no era así, nunca se había comportado de una manera tan precipitada, mas sabía por qué le había ocurrido. Él siempre quiso demostrarle a Tywin que podía confiar en él, que todo lo que su hermano depositara en sus manos estaría a buen recaudo, y sin duda aquel era un buen momento para conseguirlo ya que Tywin no estaba en la Roca. Kevan quería que todo marchara con tranquilidad durante su ausencia, para que a su regreso comprobara que no había errado al confiar en él.

Pero no había sido así, por lo que solo le quedaba una alternativa: solucionar aquel problema antes de que Tywin volviera a casa. O mejor dicho, solucionarlo antes de que fuera demasiado tarde.

Kevan volvió a coger la antorcha que Genna le arrebató minutos antes y se acercó a la celda, mirando fijamente a aquel prisionero que no había dejado de sonreír en ningún momento.

– Y bien, Lord Tarbeck… ¿qué es lo que pretendéis?

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